martes, 23 de junio de 2009

POR LA LECTURA

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un
Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de
jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque
no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido,
atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él
solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos.
Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes
sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro
a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl
May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo
madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho
cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un
rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos.
Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les
servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban
allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando
regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el
final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que
estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían
algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas.
Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos:
algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una
simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera
otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran
hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que
mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los
propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una
empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados,
paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y
luchas con la administración intentando convencer a burócratas y
médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el
conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a
la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus
usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas
actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de
cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en
reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón
bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de
pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por
cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a
los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga
una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.

b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada
la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por
cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y
fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la
operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos
por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad
el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos?
Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere
autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa
mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente
deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de
autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida
en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
José Luis Sampedro

martes, 16 de junio de 2009

Miajadas tendra 2 actos en solidaridad con El salvador



  • El miércoles, un grupo de profesores del instituto, representa La Celestina. casa de Cultura, 8,30 de la tarde. Lo que se saque es para el proyecto de comida y trasporte de un instituto de El Salvador.
  • El jueves 18 a las 22.00 "Gala solidaria" en el patio del Centro Cultural Obispo Solís

lunes, 16 de marzo de 2009

día del consumidor

El pasado viernes los extremeños celebramos en Miajadas el día del consumidor, allí estuvieron las autoridades, monitores de talleres, trabajadores, asociaciones y niños, muchos niños…de todos los centros escolares del pueblo.

Zaragata, estos payasos y cuentistas que lea gusta celebrar todo lo celebrable, contaron cuentos sobre el consumo responsable y la educación para la salud.

Fue una mañana llena de risas, emociones, descubrimientos... una mañana que sabe a poco, los niños de Miajadas quieren más cuentos, los devoran.

El taller estaba propuesto como una actividad educativa alrededor del consumo, así que los relatos giraban en torno al consumo de literatura: utilizar las bibliotecas del pueblo o los coles, comprar en librerías, ferias de libros...y otra parte sobre hábitos saludables.

Otra experiencia mas que Zaragata disfrutó con todos los que se acercaron

martes, 24 de febrero de 2009

cuentos mitológicos Viernes 27 de febrero de 2009

Vuelven la Dama Tarambana y la Ogra Raimunda, esta vez con cuentos mitológicos

¡¡No te lo pierdas!!

Viernes 27 de febrero de 2009

a las 18.00 horas

centro cultural “Palacio del Obispo Solis”

Miajadas.

jueves, 29 de enero de 2009

El viernes con cuentos de enamorados

Vuelven la Dama Tarambana y la Ogra Raimunda, esta vez con cuentos de enamorados.
¡¡No te lo pierdas!!

Viernes 30 de enero de 2009

a las 18.00 horas

centro cultural “Palacio del Obispo Solis”

Miajadas.